18.8.08

Naranjas

Yo odiaba su perfume. El olor de su piel y esas flores con naranja inundaban el ambiente con un aroma repugnante, casi me hacian vomitar. Mas de una vez contuve el asco buscando en la ventana una bocanada de aire fresco, con los segundos contados a punto de empapar el lugar de un líquido verde y viscoso.

Cuando no podia escapar de sus insistencias, buscaba entre los presentes la cohincidencia, el asco igual en la mirada, la respiración contenida, la necesidad inmensa de escapar. Entonces una ventana al abismo, una caida sin resistencias, una salida hacia otros lugares.

Esa sensacion salina y de sed de una bocanada de aire fresco.
Meti los pies en el mar con miedo, el agua entraba por entre los dedos como almejas saliendo a la superficie. Pude sentir el viento viniendo de atrás, tan fuerte como para llevarse a la luna al otro lado del mundo y dejarla abandonada ahi, donde todavia brillaba el sol de la mañana.

Al extender los brazos pude sentirlo recorrer todo, el golpe duro y fino de la arena llegaba despacio y para quedarse. Abri los dedos de las manos lentamente y me deje llevar.
(el sol parecia un sitio agradable en el cual vivir, las mejillas estaban rosadas).