21.3.08

Winter

Una vez tuve un amor de primavera en el mas frio de los inviernos, como si una veintena de pájaros bajara de un árbol de flores blancas y se arremolinara en mis orejas, como si una fresca brisa se llevara el pelo hacia atrás, lejos, como si la cabeza dejara de existir, y esos dos pies caminen infinitamente por una ruta fria y nublada, en busca de algo.
y sentarme en las alturas y dejar que el viento me lleve, que me arrastre a casa, al lugar seguro, a los brazos calidos...
cuando caminar por ahi para que la lluvia lave lagrimas saladas, caminar sin sentido, en calles desconocidas por conocer, la inquietud de lo incierto, el cigarrillo, el hielo que duerme sobre un vaso a segundos de morir, de la transformación de la cual no puede escapar, de solido a liquido, de materia a nada.
letras que se agrupan sin sentido sobre un papel, dedos manchados, esas ganas locas de agarrar oleo y pintar toda la noche en la cocina, la de la ventana blanca grande, la que me muestra los arboles en la calle, la que me trae un viento de verano en la otra mitad del mundo.
pintar escuchando ronquidos conocidos, esa paz de saber que mi amor respira con tranquilidad y duerme un sueño que puedo compartir, hasta escuchar.
Hay luces nuevas por todos lados, se encienden, confunden, y las pupilas dilatadas buscan refugio detras de una capucha negra.
De cara al sol escondo los ojos de una mirada que puede enamorarme hasta perder el dominio de estos pies que quieren dejar de caminar para dejarme tirada en alguna plaza, masticando pasto verde, recien cortado de su boca.

11.3.08

En la cocina hay una hornalla prendida y aturde la radio. La porción de calle que me ofrece la ventana es sospechosa. Un hilo desde mi cabeza me abstrae de todo. Sigo esperando una fecha, otra, otro viaje. La flautilla del afilador se asoma ahora, la bici en la otra mano; me ve y un sonido niño ocupó hasta el último rincón de la casa.