20.5.08

imagenes de Buenos Aires I

una mujer, un diario, una mesa. Un cartel que cuelga en la espalda, "boluda".
Una flor en la puerta del placard, una luz en la rendija, abre. La escalera mecanica la lleva hasta Plaza Lavalle, el mirador Massue, una llave, una puerta, una flor marchita.
La ciudad se vuelve negra, humo, edificios que dejan caer su aceite violacio, resbalan las baldozas, la lluvia comienza fina, se vuelve espesa.
Un hielo se desliza por la mesa de mármol, va-vuelve, choca contra la pila de libros. La boluda lo mira fijo, lo sigue, lo imagina en su boca, lo mata en la nuca. Seco, ardor, ácido.
En la ventana hay limones secos, alimento de los loros todas las madrugadas, la boluda cuelga uno por mes, en espiral, los ata fuerte con hilo de pizza para que el viento no los haga caer y la noche le trae a la cama un aroma entre lima y podrido.
Quiere llegar a la punta del mirador y sin embargo se queda siempre mirandose en sus espejos, como boba, la boluda ordena su vida como negativos de fotos, los corta, los agrupa, los abandona sobre la mesa de mármol mojada.
La nariz choca contra el vidrioespejo, afuera es negro. No existe.
Un tobogan de saliva de elefante la lleva a casa, cae en la mesa, se resbala, uno o dos limones se desprenden, le golpean la cabeza, se queda dormida. Un loro amarillo se come algunos negativos. Se muere.
La boluda se levanta y prepara te de moras, se sienta frente a la pecera, espera que el pez pinchudo le coma las orejas.





1 comentario:

Garufita dijo...

jaja, ciertamente en Buenos Aires hay varias boludas que son imágenes, caminan la ciudad y se comportan como personas. El problema es que no tienen el cartelito pegado, como para que uno se avive.
Me encanta lo de organizar su vida en fotos, todo ese parrafito.
La soda me hace acordar a cuando era chiquito, en mi casa nunca compraban pero sí en lo de mis tíos y abuelos, te acordás cuando éramos chicos?